FACTORES DETERMINANTES PARA UN BRONCEADO DURADERO
Pre-bronceado
Exfoliación
Si alguna vez has pensado, oído o leído que la exfoliación es la culpable de llevarse o de “robarte” tu moreno, ¡no es cierto! Es más, se trata de un hábito que, realizado dos o tres veces a la semana, te puede ayudar muchísimo a preservarlo. De hecho, por eso le estamos dedicando un apartado aparte. Recuerda: siempre después de la limpieza, de la mascarilla —si la usaras— y del tónico. Te explicamos por qué:
- Elimina los filtros solares —a veces con la limpieza no es suficiente—, desobstruyendo los poros y oxigenando la piel.
- Favorece la renovación celular al retirar las células muertas, haciendo que la textura se aprecie más fina, lisa y el bronceado más resplandeciente.
- Aumenta la permeabilidad facilitando la penetración de los activos. En este caso en cuestión, del ácido hialurónico.
- Evita que te “morenees” por partes. Al desechar esas células obsoletas, no permite que se formen parches más oscuros y consigue que el tono sea más uniforme.
Hidratación
Hay dos cosas que tienes que tener clarísimas: del mismo modo que la protección solar es la única vía posible para broncearte, el mantenimiento de tu bronceado dependerá directamente de tu rutina facial. Y es que, para “estirar” tu moreno en el tiempo y en el espacio, tu piel ha de estar sana y convenientemente hidratada. Evitar que se deshidrate, por tanto, será la prioridad número uno.
- Te lo decíamos arriba: limpia y desmaquilla tu piel todas la mañanas y aplícate un tónico que la equilibre y la refresque. Repite el mismo proceso por la noche.
- Lava tu rostro y dúchate con agua fría o tibia porque la caliente deshidrata más. Al secarte, utiliza la toalla a golpecitos y no arrastrando.
- Lo dicho, hidratar es la base de un bronceado duradero y en esto ya sabes perfectamente qué ingrediente es el rey. El ácido hialurónico es capaz de retener mil veces su peso en agua y penetrar en las capas superiores de la epidermis. Súmalo a todos los pasos de tu rutina —desde la limpieza hasta la crema— con la gama antienvejecimiento Revitalift Filler de L’Oréal Paris y, aparte de aportarle un boost de hidratación a tu piel, la estarás cargando de volumen, jugosidad y, gracias a la Crema de Día Revitalift Filler con SPF 50, también de protección solar.
Post-bronceado
Siempre que hayas estado tomando el sol o te haya estado pegando fuerte —no hace falta que te hayas quemado—, a continuación, recurre a un “afetersun” para cuerpo y otro específico para rostro. Lo cual nos recuerda algo… El aloe vera es otro ingrediente muy recomendable por su alto poder hidratante y regenerador. ¿Conoces la gama Hidra Genius de L’Oréal Paris? Al ir formulada con extracto de este activo y también con ácido hialurónico, puede ser una alternativa interesante a la gama anterior, sobre todo si todavía no estás buscando un tratamiento antiaging. Si tienes dudas de cuál te iría mejor, nada como resolverlas con la herramienta Skin Genius de L’Oréal Paris que te hará un diagnóstico completo de tu piel y te ayudará muchísimo en esta decisión.
Otro camino completamente diferente, aunque eficaz, sería mantener tu bronceado potenciándolo con un maquillaje a tu medida y sin necesidad de exposición. Para lo cual, por supuesto, también necesitarías hidratación. ¡No te libras!
Menú ideal
Que la piel ha de cuidarse tanto por fuera como por dentro no es ningún misterio y, para lo que nos ocupa, beber mucha agua y comer mucha fruta y verdura son dos requisitos fundamentales. ¡Toma nota y pásalo a tus platos!
- Zanahoria, pimientos, acelgas, tomate, naranja… El betacaroteno power estimula la producción de melanina.
- Pistachos, nueces o almendras crudos. Los frutos secos contienen antioxidantes que neutralizan los radicales libres causantes del fotoenvejecimiento.
- Salmón y otros alimentos ricos en ácidos grasos. El omega 3 reduce la inflamación y el enrojecimiento de la piel y tiene funciones regeneradoras.
Ya cuentas con los consejos para saber cómo prolongar tu bronceado; pero hay algo que es más importante y que nunca debes olvidar: que este debe de partir siempre de una exposición solar controlada y con fotoprotección, es decir, de una piel sana o, lo que es lo mismo, cuidada e hidratada. Si no, no habrá manera.