“Tienes un pelo precioso; ojalá yo también lo tuviera rizado”. ¿Cuántas veces has escuchado esta frase? Seguro que muchísimas. Pero, por mucho que te encanten tus rizos, la cruda realidad es que mantenerlos perfectos es más laborioso de lo que parece.
Para empezar,
el pelo rizado tiende a ser más seco que el liso. La explicación reside en que los aceites del cuero cabelludo lo tienen más difícil para bajar hacia las puntas y llegar a toda la melena debido a las ondulaciones.
Conclusión: necesita más nutrición externa para conservar su elasticidad.
Si sientes que ha llegado el momento de
dominar tu pelo rizado aquí tienes algunos tips con los que le darás el aspecto brillante y manejable que deseas. ¡Saca tus caracolillos al sol con orgullo y confianza!