CÓMO ELEGIR TU BASE DE MAQUILLAJE IDEAL
La luz
Busca el color más parecido al tuyo natural
Un poco por inercia siempre tendemos a decantarnos por bases 1 o 2 tonos por encima, creyendo que así nos vamos a ver más favorecidas. Pues primer fallo logístico. La clave está en elegir un fondo de maquillaje que calque exactamente el nuestro y luego ya le subirás la intensidad con polvos bronceadores o con colorete. No lo olvides, el objetivo principal es unificar el tono y cubrir imperfecciones sin volvernos más pálidas o superbronceadas. Es decir, la meta es un maquillaje natural.
Y justo esa impresión de “segunda piel” es la que consiguen tanto el fondo de maquillaje líquido como los polvos compactos de la gama Infalible de L’Oréal Paris. El primero ofrece protección solar (SPF 25), es ultraligero, ultratranspirable y además absorbe la grasa de la piel. Y los segundos, a pesar de su formato, se funden completamente y garantizan una altísima cobertura, aparte de un acabado sedoso y fresco. Ambos son respetuosos con tu piel, tienen una duración 24H —sin retoques— y no transfieren. Tú y tu mascarilla podéis estar tranquilas. Por cierto, ¿te los quieres probar en directo? Haz clic en los productos de debajo, activa tu cámara y hazte una idea bastante aproximada de cómo te sentarían.
El mentón mejor que la muñeca
Presta atención al subtono
En líneas generales podemos hablar de tres subtonos de la piel y de un subtono de base de maquillaje perfecto para cada uno de ellos:
- Subtono cálido o piel amarilla — Subtono base dorado
- Subtono frío o piel rosada — Subtono base rosa
- Subtono neutro o piel aceituna — Subtono base neutro
Ahora bien, ¿cómo identificas cuál es el subtono de tu piel? Ponte delante del espejo con un folio en blanco pegado a tu cara. Si tu rostro se vuelve más amarillento es que tu subtono es cálido y, por tanto, tu base deberá inclinarse al dorado o al beige. Si, por el contrario, tu cara en contraste con la hoja torna en más rosada, tu subtono será frío y tu base rosita. También puede ocurrir que tu rostro no resalte, lo cual significaría que tu piel es neutra, así como la base que te recomendamos.
Otro método bastante eficaz se conoce como la “prueba de lo metales”. Si te quedan mejor los accesorios dorados es muy posible que tu subtono de piel sea cálido y si los plateados son tu fuerte, tu subtono es frío. Por último, te traemos otra tercera forma de comprobación. Fíjate en el color de las venas de tu antebrazo. Si son verdes, tu tonalidad es cálida. Si son más azules o moradas, ya sabes, eres de tonalidad fría.
En verano, cambio de base
Eso sí, sin duda el escenario ideal sería contar con dos tonos diferentes: uno más claro para los meses en los que no tomas el sol y otro 1 o 2 tonos más oscuro para cuando sí. Y esto nos recuerda otro consejo: siempre puedes aportar luz a tu rostro utilizando un tono de base más claro al tuyo original. Hazlo en zonas estratégicas —ojeras o debajo del hueso de la ceja, por ejemplo— y será como estar utilizando un iluminador.
Hay muchas posibilidades pero solo una encaja a la perfección con tu rostro. ¿Preparada para elegir tu tono de maquillaje definitivo? Como has visto, acertar es solo una cuestión de trucos.