La regla de oro para ralentizar el ritmo que llevas con tu rutina de belleza es ser 100 % natural: piensa en reemplazar tus productos habituales por aquellos que contienen aceites vegetales, polvos minerales e hidrolatos florales. Con la dosis correcta y la combinación perfecta, funcionarán de maravilla. ¿Nuestros favoritos? El aceite de jojoba, el aceite de avellana, el aceite de argán (sí, son todos aceites naturales), el agua de rosa, los arándanos, la miel, la manteca de karité, el aloe vera y la leche de burra. La decisión está en tus manos, pero es una gran idea para preservar el medioambiente.