Los amienemigos declarados de las vacaciones son el mar, el sol y la arena, así que protege bien tu piel antes de irte con tratamientos corporales que además te garantizarán un bronceado uniforme. Un día antes de salir, utiliza un exfoliante por la mañana para el cuerpo y el rostro. Asegúrate de utilizar un producto más delicado para la cara. Eliminarás todas las células muertas (y conseguirás un bronceado homogéneo en todo el cuerpo), estimularás la microcirculación y mejorarás la hidratación. Continúa con unos mimos extra para el cuerpo y el rostro con tratamientos para el cuidado de la piel hidratantes y enriquecidos: el ácido hialurónico, los azúcares y los aceites vegetales (almendra dulce, albaricoque y argán) serán tus mejores aliados. Por la noche, aplica una mascarilla facial para hidratar y devolverle el volumen a la piel. Su piel quedará hidratada, nutrida, suave... y lista para el bronceado. Ten cuidado al escoger los productos. Evita los que contengan agentes fotosensibles, ya que harán que tu piel esté más sensible a los rayos ultravioleta y podrás sufrir quemaduras, eccema o reacciones alérgicas. Los mayores culpables son los perfumes, el triclocarbán (un agente antibacteriano presente en lociones y jabones), el retinol y los aceites esenciales de geranio, higo, cítrico y verbena. Comprueba antes de irte que llevas una crema solar (y un after sun) en el bolso. Elige entre leche, gel o crema con un FPS adecuado a tu tipo de piel.