Desde los 35 años hacia adelante, la forma y los contornos del rostro cambian imperceptiblemente y te ponen de camino a un rostro flácido. Los pómulos pierden su aspecto juvenil definitivamente. Esto es lo que se conoce como envejecimiento volumétrico: las mejillas se hunden y los pómulos pierden su forma. Este es el signo delator de la pérdida de volumen en el rostro y la piel hundida. El equilibrio sutil entre sombra y luz que crea la armonía en el rostro queda arruinado. El rostro parece menos amigable y más cansado y marcado. Aunque esta pérdida de volumen es gradual, empeora cuando se llega a los 50 años. Con los años, la grasa de las mejillas tiende a desplazarse hacia la parte inferior del rostro, lo que causa un rostro flácido. Así que, ¿cuál es la mejor estrategia? Aplica un producto de cuidado de la piel voluminizador que contenga ácido hialurónico para limitar la pérdida de volumen, evitar la piel flácida y rellenar el rostro.