Ya sea en crema, gel, emulsión o aceite, todos los cosméticos tienen la misma estructura básica: uno o varios ingredientes activos que garantizan que el producto sea eficaz, un excipiente para transportar estos ingredientes y aditivos para perfumar, conservar y convertir el producto en espuma y estabilizar su pH. Estos distintos ingredientes pueden provenir de plantas, animales, minerales o incluso pueden ser sintéticos. Aún así, como bien sabemos, los recursos de la naturaleza no son infinitos. La química viene al rescate para proteger los recursos naturales y salvar el sector de la cosmética. La química está lejos de ser el malo de la historia: reemplaza los ingredientes naturales al reproducir estas moléculas que se encuentran en la naturaleza, ya sea a través de síntesis química o biotecnología. Pero eso no es todo: la química también participa como parte de nuestros cosméticos cuando nuestro cuerpo ya no puede producir suficientes moléculas de un tipo como, por ejemplo, colágeno o ácido hialurónico.