No exageramos; esta técnica de maquillaje parece sacada de alguna clase de Hogwarts porque consigue realzar cualquier parte del rostro: mejillas, nariz, labios, barbilla… ¡incluso el contorno facial! Para dominarla desde el principio, apúntate bien las reglas básicas del maquillaje contouring:
- Debes usar dos tonos (como mínimo) y aplicarlos estratégicamente. Importantísimo: el claro irá en las zonas que quieras resaltar y el oscuro en las que prefieras disimular. ¿Con qué herramientas? Depende de la textura con la que te manejes mejor. Si sueles usar una base líquida, prueba los correctores —que también sirven de fondo de maquillaje— de More than Concealer de L’Oréal Paris; y, si no, combina el uso del iluminador y los polvos de sol.
- Una vez hayas esbozado las partes que quieres redefinir, es esencial que difumines todos los tonos ayudándote de una brocha para conseguir un acabado natural.
Y ahora, para que saques partido a esta técnica, te contamos cómo hacer un contouring digno de una profesional según la forma que tenga tu cara.