Las características capilares que cualquier mujer desea poseer suelen ser tres: suavidad, elasticidad y mucho brillo. Sin embargo, todas maltratamos nuestra melena en menor o mayor medida… Primero están las agresiones externas a las que la sometemos, como los cambios bruscos de temperatura, los tratamientos químicos (tintes y alisados), el abuso de herramientas de calor (secador, plancha o tenacilla). Y después tampoco hay que olvidar la alimentación, hábitos pocos saludables como el alcohol o el tabaco, y el estrés, que complican bastante la tarea de darle brillo al pelo.