¿Se está volviendo tu piel más sensible de lo que piensas?
Nuestra piel se compone de varias capas de tejido que nos protegen de los elementos externos. Es la primera barrera de defensa de nuestro cuerpo (el muro que impide que los enemigos crucen su límite). Cuando nuestra epidermis ya no puede cumplir con su función protectora, nuestra piel se inflama, se enrojece, arde, pica y presenta sensación de tirantez.
¿Y qué lo causa?
Nuestra piel se vuelve hipersensible y reactiva cuando su barrera protectora se daña. Los factores ambientales (el frío, el sol, la humedad) y las sustancias irritantes (la contaminación, los alérgenos, el humo de los cigarrillos) son capaces de penetrar en nuestra epidermis, haciendo que nuestra piel ya de por sí sensible colapse.
La limpieza daña mi piel sensible
¿La limpieza daña la piel irritada?
¿La piel se enrojece al aplicar un gel limpiador?
¿La piel presenta sensación de tirantez con solo ver un bote de agua micelar?
¡No entres en pánico! Hay un montón de limpiadores formulados para pieles sensibles y reactivas. Mima tu piel con un limpiador para pieles supersensibles que no contenga tensoactivos (dañarían aún más tu epidermis). Opta por tratamientos delicados (leches, cremas o aceites limpiadores con texturas espesas y emolientes que disuelvan todo tipo de maquillaje o suciedad sin necesidad de frotar tu frágil tez). Enjuaga el rostro con agua termal para calmar e hidratar tu piel. Evita el agua del grifo, ya que su cal aportará más sequedad a tu epidermis ya de por sí seca. Limpia delicadamente cualquier exceso con un pañuelo o un disco de algodón. ¡Y nota cómo tu piel respira aliviada!
Mi piel sensible no puede soportar ser lavada
Lo te laves ni limpies la piel por la mañana. Una limpieza matutina elimina las toxinas acumuladas durante la noche, pero la piel sensible necesita un descanso para preservar su película hidrolipídica protectora. Simplemente, rocíala con un agua termal o floral calmante (de manzanilla, rosa, azahar) para despertarla con una acción delicada y refrescante.
Mi piel sensible odia las cremas
Si tu piel no tolera las cremas de día o de noche, eso significa que su película hidrolipídica ya no es capaz de proteger la epidermis. Tu piel se resecará o presentará sensación de irritación y picazón. Pero no te rindas con las cremas, ya que tu piel aún necesita acciones hidratantes, nutritivas, calmantes y, sobre todo, protectoras contra los elementos externos. ¡Todo lo que necesitas hacer es seleccionar el producto adecuado! Opta por cremas diseñadas para pieles sensibles que contentan emolientes (como la glicerina) para hacer que tu tez presente sensación de comodidad, ingredientes calmantes (como el pantenol) para calmar las irritaciones, ingredientes hidratantes (como la manteca de karité) para compensar la pérdida de agua e ingredientes filmogénicos (como la parafina) para proporcionar una capa protectora.
¿Nuestro consejo?
Aplica cremas que contengan el menor número posible de ingredientes, para evitar brotes innecesarios.
Incluso el maquillaje es horrible
Pretendes cubrir las rojeces o las irritaciones, pero tu piel quiere salir corriendo... ¡No te preocupes, no haremos que salgas a la calle con el rostro desnudo!
Tener la piel sensible no significa que tengas que optar por no maquillarte. Todo lo contrario, un poco de maquillaje puede proporcionar una barrera protectora adicional. Solo tienes que elegir productos adecuados para tu piel. Al igual que los limpiadores y las cremas, existe un montón de productos de maquillaje diseñados para la piel sensible y reactiva. Son hipoalergénicos y están dermatológicamente testados. Elige productos que den un respiro a tu piel, no obstruyan los poros, estén formulados a base de minerales (no agresivos con la piel) y no comedogénicos. Consejo extra: para camuflar las rojeces, aplica un corrector verde antes de la base de maquillaje.
¿Cómo puedo evitar los brotes?
Para evitar brotes, solo tendrás que tomar unas sencillas medidas. Las que a continuación te proponemos te ayudarán a proteger tu piel:
- protege tu piel de los elementos externos (frío, calor, sol)
- evita las zonas contaminadas (interiores y exteriores)
- no calientes en exceso las habitaciones y mantén el nuvel de humedad adecuado
- no fumes
- opta por una dieta equilibrada, rica en omega 3 y 6
- date duchas y baños rápidos con agua templada (¡no ardiendo!)
- bebe 1,5 l de agua al día y muchas bebidas no alcohólicas
- hidrata tu piel religiosamente con tratamientos adecuados para pieles sensibles